En muchas formaciones una pregunta habitual que me hacen mis alumnos es si compensa dedicarse a hacer páginas web.
Mi respuesta siempre es que por supuesto es interesante hacerlas.
Aunque es difícil ganarse la vida si únicamente ofreces este servicio. Entre que se empieza el proyecto y se termina pueden pasar muchos meses además de modificaciones del proyecto y quebraderos de cabeza.
¿Y entonces?
Al finalizarlas suele haber un premio: el mantenimiento web.
En este escrito explico mi experiencia personal ofreciendo este servicio.
Lo bueno del mantenimiento web
Al contratar un servicio de mantenimiento web todas las partes salen ganando.
Por la parte del cliente se suele obtener más por menos.
Por ejemplo, cómo prestador del servicio suelo no cobrar tareas que normalmente cobraría por separado al haber ya una cuota mensual.
Además de la lógica necesidad de satisfacer al cliente con lo que al final siempre terminas haciendo más de lo que normalmente ofrecerías por unos servicios que la empresa necesitaría acabar pagando de todos modos en otras circunstancias.
A cambio, la estabilidad que te ofrece saber que a final de mes puedes prever unos ingresos más o menos fijos es de incalculable valor para cualquier profesional web.
Lo feo del mantenimiento web
Lo feo del mantenimiento web es el riesgo de que tu cliente pueda llegar a dudar de ti.
¿De verdad estás haciendo algo?
Para evitarlo siempre intento ofrecer algún tipo de servicio que sea tangible.
Por ejemplo un escrito mensual en el blog o similar.
Lo malo del mantenimiento web
No es oro todo lo que reluce.
Con el tiempo las dos partes nos volvemos dependientes el uno del otro.
Adquieres una serie de obligaciones que con el tiempo pueden llegar a absorberte demasiado tiempo.
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Querido lector,
Si tienes página web, ¿alguna vez has pensado en la importancia de un servicio de mantenimiento web que además te ayude a trabajar el seo de tu sitio o además te ofrezco consejo cuando necesitas una segunda opinión?
Si te ha gustado este contenido te animo a leerme mañana, como cada día, en https://francescricart.com/blog
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