Llevas preparándote para este momento muchos meses, años. El tiempo que has sacrificado para poder llegar a este instante es incontable y mientras la cuenta atrás va llegando a cero, por tu mente pasan muchos instantes a toda velocidad.
Miras a tus lados. Te atas los cordones de los zapatos por tercera vez. ¿Nervios? No tiene sentido ahora. Te concentras. Respiras. Haces un par de saltos y vuelves a disfrutar de lo que está por llegar. Ahora no te vas a amedrentar. ¡Ha llegado el día por el que tanto has luchado!
Suena el disparo de salida. Arrancas. Quieres ir más rápido. Confías en tus posibilidades. Pero en tu interior una voz te dice que debes respirar hondo. No dejarte llevar por el ímpetu inicial. El reloj es tu máximo aliado. Y tus pulsaciones.
Primer quilómetro. Segundo quilómetro. Has recuperado los preciosos segundos que has perdido para poder arrancar entre tanta gente. ¿Porqué hay quien sale de tan adelante si deberían estar algunos cajones de salida atrás? Da igual, dos zancadas rápidas y los adelantas. Vuelves a mirar tus pulsaciones. Genial. Todo según lo planeado.¿Y si pruebo de acelerar? Espera. Sangre fría. Es muy pronto. No vas a caer en la novatada. Esperas un poco a ver como reacciona tu cuerpo. Tercer quilómetro… cuarto…. Bueno sí, voy a probar de acelerar. Hoy las piernas me acompañan y me siento lleno de energía.
Llegas al quinto. Sin darme cuenta he ido a tiempo de 10000. No pensaba que iría tan bien. Bueno pues vamos a ello. El sexto, el séptimo, octavo. Ya llevo ocho y todavía me falta un poco más de intensidad para llegar al 100%.
Piensas en las tiradas largas de los domingos. Entrenos de 2 horas para acostumbrar tu cuerpo a correr mucho rato. Te acercas a los 40minutos y ya llevas 10 quilómetros. No estoy cansado. La sensación es la misma pero hoy no sé muy bien el motivo voy más rápido. He ganado 1 minuto al crono que me había programado para la carrera. Nota mental. ¿Hoy hubiese bajado de 40 en el 10000?
Iniciamos el segundo tramo de la carrera. Tal vez ahora ya si me puedo arriesgar. Perdón de ser tan conservador pero he sacrificado tanto para llegar hasta aquí… no quiero fallarme. Lo hago por mi. Es puro egoísmo de ver que querer es poder. Acelero. Unos segundo más rápidos el quilómetro parece que no hay problema. Mi corazón mantiene las pulsaciones.
Adelanto a la liebre de 1h 30. Seguimos. 11, 12, 13 hasta el 14. ¿No me coge? ¡La estoy dejando atrás! No me lo creo. Tarde o temprano se me debería agotar la gasolina y atraparme. Pero hoy tengo la sensación que no me va a pasar.
Siento que todavía puedo acelerar más. El feeling es el mismo que cuando hago entrenos por intervalos con 30 minutos al máximo. 15, 16… ahora debería venir el hombre del mazo. ¡No llega!
17. Vuelvo a subir el ritmo. Ya estamos en el tramo final. Probemos al máximo. Bajo de 4.00 el Km. Siento que todavía podría más. ¿Que me pasa hoy? Normalmente debería estar KO. Pero hoy no. Pienso ahora en los entrenos de series. Calculo que podré estar 12 minutos a este ritmo. 18. Acelero más. Diviso la liebre de 1h. 25. Me vengo arriba.
Mis piernas se empiezan a quejar. 19. Es soportable. Todavía me queda fuelle. 20. Me quedará la recta final. Miro el reloj. ¡Venga que lo consigo! Recta final…. y ¡premio! ¡1.27!
Ahora tiempo para soñar… esta carrera ha sido sólo un micro objetivo para bajar de 3h en la maratón. No pensaba que fuera capaz. He robado 3 minutos al crono. He roto la barrera mental de 1h.30. Me voy feliz a casa. ¡Hoy he tenido una gran satisfacción!
¡Mañana toca volver a entrenar!
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