Dicen que cada maestrillo tiene su librillo.
Y sus ejercicios.
¿Te has planteado como docente alguna vez si debes compartirlos libremente?
Durante años me he resistido a hacerlo bajo el argumento de que no quería que me los copiase el aprovechado de turno.
Aunque últimamente, supongo que por culpa del blog, mi visión a empezado a cambiar y cada vez me siento más predispuesto a hacerlo.
Los ejercicios no hacen imprescindible al profesor
Ni tu ni yo somos los inventores de la rueda.
Tampoco se puede decir que hayamos sido los responsables de una innovación transcendental para la humanidad.
¿Entonces porqué somos tan reacios a compartir el material que tanto esfuerzo y horas de dedicación nos ha costado?
En realidad hay una parte de razón por miedo a ser sustituido.
Aunque sin embargo también es cierto que la parte más importante es la resolución y la explicación alrededor de un ejercicio. Por mucho que te copien nunca se va a explicar como lo ideó el alma mater del ejercicio.
Si alguien te quiere copiar… tómalo como un halago.
Comparte con cabeza
Para recibir hay que dar como el que más.
Pero ser generosos no significa ser tontos. Siempre debe quedar algo que de valor a tus aportes.
Por ejemplo en mi blog comparto libremente mucho material docente. Pero no dejan de ser explicaciones de clase.
Y los apuntes se enriquecen mucho dentro del contexto de un curso.
Para ilustrar lo que quiero decir me voy a remontar a mi experiencia cuando era un estudiante universitario.
Aquellas asignaturas para las que no asistía a clase me costaban horrores de cara al examen final.
Y las que si asistía presencialmente pues no me costaban tanto.
Imagino que para los contenidos en el blog sucede exactamente lo mismo.¡Hola!
Querido lector, ¿tu como lo ves?
¿Me expongo demasiado como docente compartiendo todo libremente en el blog y otros canales?
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