Estoy un poco triste. Más bien decepcionado.
Hoy he visto el lado más mercantilista de la formación ocupacional.
Nunca me pensé que como docente debería escuchar:
Pero tu de que lado estás, el del centro o el de los alumnos? – En tono de amenaza.
Una pregunta absurda teniendo en cuenta que no me caso con nadie. Estoy de mi lado.
Nunca me gusta perjudicar a nadie. A ningún centro ni a ningún alumno.
Cada uno debe tener lo que se merece.
Cuando las cosas se hacen bien toca felicitar.
Cuando algo es injusto o se hace mal entonces hay que decirlo.
Conflictos de intereses
En toda formación profesional el interés de un centro es que la mayor parte de alumnos terminen el curso y no abandonen.
El interés de los alumnos es aprender y aprovechar el tiempo. Encontrar trabajo.
El interés del profesor es que los alumnos aprendan y aprovechen el tiempo y que además el centro esté contento por ver terminar el mayor número de alumnos.
Hasta aquí todo normal. Como debería ser.
Lo que no es de menester es que a personas adultas se las presione para asistir a un curso. O peor aún. Que se presione a un profesor porqué un alumno tenga sus circunstancias personales.
Un alumno puede tener que ir al médico, alguien necesita tomarse un día libre, otro trabaja y viene como y cuando puede, otro ayuda a su familia,…
Existen muchas circunstancias justificadas por la que un alumno no debería dar explicaciones a nadie. Simplemente es un adulto.
Entonces, ¿se le puede pedir a un docente que se extralimite de las competencias puramente docentes?
¿Dónde y cuando termina su cometido?
Es el alumno quien debe estar convencido a asistir a una formación.
El profesor puede orientar y guiar. Pero nunca presionar. Un docente no es un policía.
Del mismo modo, un centro formativo debe siempre poner todas las facilidades y escuchar todas y cada una de las quejas de los docentes y alumnos.
No hay peor sordo que quien no quiere escuchar.¡Hola!
Querido lector,
En un equipo de fútbol cuando no se consiguen resultados se cambia al entrenador. No es el caso.
Sin embargo cuando la crisis es institucional entonces se cambia a la directiva.
El profesor no siempre es el eslabón más débil.
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