El otro día un alumno me explicó una anécdota en la que se enfadó mucho con un profesor.
El alumno tenía razón.
Sin embargo me di cuenta que yo no debía criticar al docente.
Lo mismo que él se equivoca sin querer un día lo puedo hacer yo por accidente.
Hablar muchas horas delante de una audiencia
Como formador ocupacional puedes llegar a pasarte 6 o más horas hablando.
No es lo ideal. Deberías hacer ejercicios e ir rompiendo el ritmo de la clase para que esta sea lo más provechosa posible para todo el mundo y favorecer el aprendizaje.
Pero hay ocasiones en las que no es posible.
Te toca a hablar y ello lleva implícito la palabra RIESGO a equivocarse. A tener un resbalón que te deje fuera de juego.
Por este motivo nunca me gusta entrar al trapo de criticar a ningún compañero de gremio. Hoy se equivoca él mañana me equivoco yo.
Toca escuchar y aprender de los errores de los demás para no cometerlos yo.
Visión comercial
Lo mismo es aplicable cuando sales a vender.
Desconfío de aquellas empresas que sacan los colores a sus proveedores.
Estoy tranquilo con los servicios que ofrezco. Pero lo mismo un cliente no lo ve del mismo modo y mañana me toca a mi.
Cuando un competidor se equivoca nunca aprovecho para destrozarlo comercialmente sino más bien para ponerme en alerta.
Sería muy grosero por mi parte suponer que soy el único que sabe hacer algo. Seguramente el proveedor criticado es tan profesional como yo y se preocupa por serlo.
¿Por qué y como ha llegado a esa situación?¡Hola!
Querido lector,
Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar…
¡Si te ha gustado este contenido te animo a seguirme en mi perfil de empresa de Linkedin!
Deja una respuesta