En lo que va de año he estado impartiendo una formación del curso IFCD0110 de confección y publicación de páginas web por las mañanas y otra por las tardes.
Se trataba de 2 cursos en 2 centros formativos distintos.
Lo interesante del caso es que se ha tratado de 2 grupos completamente dispares.
Misma asignatura. Mismos apuntes. Iguales ejercicios. Metodología didáctica similar.
Pero los grupos han sido la noche y el día en todos los aspectos medibles en un grupo de alumnos.
Un grupo ha sido un éxito desde mi punto de vista personal.
El otro grupo ha sido, subjetivamente, un fracaso personal dónde algunos alumnos me han dado una de las mejores satisfacciones de siempre como docente.
Sin embargo el mejor aprendizaje me lo he llevado yo:
El alumno siempre tiene algo que decir.
El día
En un grupo todo ha ido como una seda.
Los compañeros enseguida se mostraron motivados por la materia.
Todos han hecho grandes esfuerzos y sacrificios por estar siempre al día.
No he necesitado dar ninguna palmadita a nadie.
He exigido a todos los alumnos y ellos me han exigido a mi.
El total del grupo ha llegado más lejos de lo que hubiesen los alumnos a título individual.
Tal vez el mejor resumen que puedo hacer es que al finalizar el curso me han aplaudido.
La sensación de felicidad ha sido indescriptible.
La noche
En el otro grupo todo han sido turbulencias.
Cuando explicaba blanco el feedback era que no era muy difícil y preferían aprender negro.
Cuando explicaba negro entonces querían aprender blanco.
Un grupo siempre demasiado delicado como para subir el nivel de exigencia sin generar frustraciones.
Un desastre.
Llegado a la mitad del curso fue necesario un cambio de rumbo total.
Digamos que las encuestas de mitad de curso no eran muy positivas en cuanto a mi.
Hubo que escuchar a los alumnos.
Asumir los daños colaterales y romper con la dinámica de grupo destructiva que se había creado.
Se consiguió.
Sin embargo mi feeling final ha sido agridulce.
Como resumen de este grupo he visto el caso espectacular de un par de los alumnos más brillantes que he visto desde siempre.
He conseguido hacer que a muchos les gustara la programación a pesar de los baches que se han tenido que superar.
A pesar de todo el desgaste personal con este grupo ha sido enorme.
He aprendido que no se es ni tan bueno ni tan malo.
Hay grupos en los que encajas y grupos en los que no caes en gracia.
De todo se aprende.
La próxima vez que me enfronte a un grupo de estas características sabré como manejarlo.¡Hey querido lector!
Hoy tocaba día de reflexión personal 😉
¡Nos vemos mañana sobre una nueva entrada sobre web!
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