03 Ago El plástico que saltó del cambio de marchas
Ha sido rápido e inevitable que mi bicicleta con mi hijo montado en la sillita se precipitara al suelo.
Estaba en una cuesta casi parado y al bajar del sillín la bicicleta ha perdido el equilibrio sin que yo pudiera nada más que hacerme un buen rasguño en el intento de amortiguar la caída.
El pequeño ni se ha enterado del golpe pero ha sido suficiente como para que un plástico del cambio de marchas saltara.
En ese momento no me he dado cuenta. Suficiente tenía comprobando que mi hijo estubiera bien.
Tras un rato pedaleando me he dado cuenta de que el plástico no estaba.
A la vuelta me he ido a por el plástico, lo he encontrado y lo he recolocado.
Ha quedado en una anécdota.
El caso es que se trataba de una bicicleta de alquiler y al devolverla tenía dos opciones:
No decir nada.
Explicar lo que había pasado para que revisaran que todo estubiera en orden.
Una voz en mi interior me decía que me quedara callado y así me evitaba problemas.
Pero no es mi forma de ser y he optado por la segunda opción.
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Querido lector,
Ser una persona íntegra significa serlo siempre en todos los aspectos de la vida.
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