Ante la perspectiva de tener que andar 35 minutos y un zapato rozándome el talón debía elegir:
Andar por el metro con un zapato en la mano.
O aguantar estoicamente la rozadura y caminar más cojo que Frankestein.
¿Qué habrías hecho tu?
Volver a andar
De vez en cuando hay que aparcar el como hemos llegado a una determinada situación y moverse.
¡6-7 alumnos en un certificado de profesionalidad!
Ni idea de que ha pasado antes.
Seguramente difícil de explicar.
Pero la opción más inteligente sólo es una: volver a andar.
Arrancar.
Poner la marcha adecuada y conseguir que el tiempo ya dedicado y el que viene haya merecido la pena.
—
Querido lector,
Hay ocasiones en la vida en los que nos toca descalzarse. Y nunca mejor dicho, poner los pies en el suelo.
Poco a poco recuperaremos el rumbo.
Si te ha gustado este contenido nos leemos mañana, como siempre, con un nuevo contenido en https://francescricart.com/blog
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