Me encontraba en la soledad de la noche escribiendo frente a mi ordenador.
Cansado. Agotado.
Y por primera vez en 1000 días consecutivos frente al brillo de la pantalla la pregunta dejó de tener respuesta.
¿Por qué sigues esforzándote en escribir cada día?
En ese momento apagué el ordenador y me fui a dormir. Comunicar en mi pequeña ventana al mundo había dejado de tener sentido para mí.
Desde entonces han pasado dos meses en los que he intentado ordenar mis ideas y proyectos venideros sin grandes ambiciones.
Y por supuesto no quería terminar el año sin poner en valor todo lo conseguido en este 2020 y mis planteamientos para el 2021.
El lado positivo
En 2020 me he digitalizado (todavía) un poco más.
El Bitcoin ha incrementado notablemente su valor.
He abandonado fuentes de ingresos que me han dejado de motivar (tenía una tienda online de la que nunca he hablado en este blog).
Me he animado a aceptar trabajos con los que normalmente no me hubiese comprometido y que me han obligado a actualizar mis conocimientos sobre disciplinas que tenía un poco oxidadas.
Me he reencontrado conmigo mismo y he recuperado el hábito del deporte. Vuelvo a estar en forma.
Y he dedicado mucho tiempo a mi familia. Lo que me ha obligado a reorganizar por completo mi agenda y mi forma de trabajar.
Puede parecer poco pero estoy muy orgulloso de ello. Siento que he aprovechado el año.
Mis propósitos de año nuevo
Abandono definitivamente el reto del post diario. En su lugar mejoraré los contenidos ya existentes y daré prioridad a mi canal de youtube.
Dedicaré 1h diaria a estudiar.
Dedicaré más tiempo a mi familia y a hacer ejercicio.
Intentaré buscar fuentes de ingresos pasivos.¡Hola!
Querido lector,
Abandono el reto del post diario pero seguiré escribiendo de vez en cuando.
¡Si te ha gustado este contenido te animo a seguirme en mi perfil de empresa de Linkedin!
Deja una respuesta