Un día perdí los nervios con uno de mis hijos porqué no había forma de dormir por la noche.
Mi mujer me dijo:
– Francesc, debes tener paciencia infinita.
Fue un muy buen consejo que me aplico siempre y que le recuerdo a ella también cuando le sucede lo que a mi 😉
Perder los nervios
En el aula muchas veces me dicen:
Francesc, gracias por tener tanta paciencia.
Admiro el aguante que tienes.
En realidad no es que tenga paciencia. Es que no me puedo permitir el lujo de perder loa nervios. Debo ser inmune al típico:
No lo entiendo. Cuando en realidad es estabas haciendo otras cosa.
Vas muy rápido y me pierdo. Cuando en realidad es me ha saltado clases y no he repasado.
No se enciende el ordenador.
A mi no me funciona.
Yo miro como lo haces.
Aunque en el fondo por dentro estoy tranquilo.
Siempre hay un lado positivo.
El tesón tiene premio
Había 3 niños jugando en un campo de fútbol. Una valla y al otro lado un río lleno de cañas.
Pasaba con mi hijo de casi 3 años y no pude evitar pararme a observar la situación.
2 niños le sacaban un palmo al tercero y eran los típicos abusones que no le pasaban la pelota.
Jugaban a golpearla desde fuera del áreea y tocar el palo de la portería.
Le ponían muchas ganas pero eran muy malos.
El tercero pedía la pelota pero lo ignoraban completamente.
Finalmente uno de loa abusones se pasó de fuerza y envió la pelota a las cañas.
Se terminó el juego.
Entonces el más pequeño de todos esperó a que se fueran sus compañeros y fue a recoger la pelota.
¿El resultado?
Satisfecho se volvió al campo para jugar. Él si fue capaz de tocar los palos de la portería.
Entonces satisfecho le expliqué a mi hijo que el más pequeño nunca perdió los nervios ni desistió.
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Hola querido lector,
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