En el aula se producen situaciones que a ningún docente nos gustan.
Las primeras veces te afectan personalmente.Pero con la experiencia observas una serie de patrones que vaticinan como se te acerca un ladrillo que te han tirado.
Imagínalo dando vueltas. Tu observando.
Flisss, flassss, flisss, flasssss
….
silencio
¡ZAS!
Da igual que te muevas. Hagas lo que hagas ya te ha impactado.
Mejor asúmelo y prepara el golpe.
Y ya está.
Sucede.
En ocasiones hay parámetros que no dependen de ti.
¿Eres tu el profesor?
Entonces no hace falta decir nada más. Nos entendemos.
Puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Puedes contentar una parte.
O descontentar una parte.
O intentar contentar a todos y dejar a nadie plenamente satisfecho.
Tu decides. Las opciones son variadas.
Aunque ninguna la mejor.
Por lo tanto…haz lo que te dicte la conciencia y…
No es nada personal.
Prepara un buen escudo. Desarrolla una buena espalda o lo que es lo mismo, una coraza docente.


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