10 Sep Cuando la sensación de vértigo se convierte en normalidad
¿Recuerdas cuando te examinaste de conducir?
Las primeras veces que cogía el coche sólo me daba pavor.
Revisaba tres veces los retrovisores, el cinturón de seguridad, volvía a regular la silla del conductor.
Incluso repasaba que el pié derecho tuviera controlados el embrague, el freno y el acelerador.
Emprender es como conducir. Al principio da miedo. Después… tus preocupaciones pasan a ser otras.
¡Qué tiempos aquellos!
Experiencias que dejan huella para siempre
Existen experiencias que dejan huella para siempre.
A nivel de negocios recuerdo:
La primera vez que hice una venta online con mi propio ecommerce me puse a dar saltos por el comedor como un poseso.
La primera venta a puerta fría me puse a correr por la calle al terminar la visita.
La primera vez que impartí una clase a un grupo de 15 personas respiré realizado al terminar la sesión.
El día que armado de valor decidí dejar mi trabajo estable para convertirme en «autónomo».
¿Tienes tu alguna experiencia que te haya marcado?
Riesgos normalizados que producen vértigo
Sin embargo llega un día que lo normalizas y ya no revisas los retrovisores.
Y te tomas ciertas licencias como mirar el teléfono y despistarte al volante.
Directamente podrías estamparte y sin embargo allí vamos tan tranquilos.
Lo mismo sucede con los negocios.
Nunca deberías dejar de sentirte nervioso cuando vas a visitar un cliente.
Ni sentirte excesivamente confiado cuando vas a dar la clase.
¡Hola!
Querido lector,
La sensación de vértigo nunca debería llegarse a normalizar.
¿Conservas actividades rutinarias que te hagan sentir como el primer día?
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