Con pulso templado mi padre se dispone agujerear la pared.
No se trata de un agujero cualquiera.
Del 8 y perforando hormigón.
Detrás suyo una cohorte de opinadores.
– ¡Más arriba!
– ¡Más abajo!
¿El resultado?
Tras tomar las medidas 2 veces y poner a todos de acuerdo la pizarra ha quedado colgada torcida.
Dirigir bien la broca
En muchas ocasiones todo el mundo nos aconseja como lo debemos hacer.
Hay demasiados ejemplos que demuestran que a menudo todos se equivocan.
Debemos escuchar a quién demuestra experiencia.
Todo el mundo sirve para opinar pero no todos para aconsejar.
Tampoco es tan grave
– Ya te lo dije.
– No escuchas.
En ocasiones no tiene sentido lamentarse por un error.
No vamos a agujerear de nuevo la pared.
¡Papá si lees esto mi opinión es que ha quedado genial!¡Hola!
Querido lector,
Nunca vamos a contentar a todo el mundo.
Ser perfeccionista es bueno.
Sin embargo en ocasiones hay que aceptar los errores y seguir adelante.
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