Siempre he defendido la idea de que convenía desconectar un poco de las redes sociales y de las herramientas de mensajería.
Hoy me doy cuenta que en realidad internet es una parte imprescindible de nuestras vidas.
Es muy distinto ser un analfabeto digital a tener la posibilidad de desconectar voluntariamente de internet y conectarse a conveniencia.
Con el confinamiento impuesto por la crisis del covid-19 aquellas personas analfabetas digitalmente se sienten, si cabe, todavía más solas que el resto.
Y es que después de todo, las redes sociales también tienen cosas buenas.
El fenómeno de las videoconferencias
Videconferencias por doquier.
Con los amigos de toda la vida.
Con aquel grupo de amigos que compartes algo en común.
Con tus compañeros de clase o de trabajo.
Incluso con tus vecinos.
Las videoconferencias se han puesto de moda.
Ahora todo el mundo se apunta al carro de descargarse programas de los que no han oído hablar jamás.
Zoom, Teams, Skype o Whatsapp grupal.
Solo
Pienso en mi abuelo que no tiene un smartphone.
Una vez intenté enseñarle internet y le gustó poder consultar la información de los deportes y alguna página picante que otra.
Pero simplemente entender windows era demasiado complicado para él. Con la tablet tampoco hubo mayor éxito y finalmente desistió.
Si no fuera por el apoyo de la familia en estos días difíciles estaría completamente aislado.
Y deprimido.
¿Qué será de aquellos analfabetos digitales que ni siquiera tienen familia?¡Hola!
Querido lector,
Ya sólo quedan unas 3 semanas de confinamiento (como mínimo).
Internet está muy bien pero piensa en aquellos abuelos a quienes les queda grande y no dejes de llamares.
¡Ahora más que nunca que no pueden ir al bar o a los jubilados te necesitan!
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