Todos sabemos hacer fotografías con el teléfono pero no todos somos fotógrafos. Todos podemos aprender a usar el photoshop pero no todos somos diseñadores. Todos sabemos escribir pero no todos somos escritores.
Pero si todos nos podemos esforzar y mejorar en aquello que amamos.
Generar contenido de calidad es difícil y consume mucho tiempo. Requiere estudiar, digerir y dominar una temática sobre la que poder hablar, pensar y redactar.
Los beneficios de escribir
Esta temática es un clásico. Existen muchas evidencias científicas de que la escritura nos ayuda a ejercitar la mente y a mantener nuestro cerebro joven. Pero no soy médico ni nada por el estilo. No voy a hacer un refrito de cosas que haya podido leer por internet. Así que comparto lo que yo experimento personalmente:
- Escribir a diario me ayuda a articular el discurso sobre una temática concreta. Como profesor puedo dar una misma clase una y otra vez. Y todas las clases son distintas. Escribir me ayuda a tener un guión que puedo ir mejorando en el tiempo pero del que dejo constancia física.
- Me defino como un runner adicto. Sin embargo no puedo salir a correr cada día porqué los descansos son tan importantes como los entrenos. Correr me ayuda a aliviar el estrés. Recientemente me he dado cuenta que la escritura ejerce un efecto similar sobre mi.
- Escribir cada día me obliga a salir de mi área de confort. Es muy tentador apalancarse sobre lo que uno ya sabe… pero este nuevo hábito me está obligando a documentarme mejor para intentar no decir tonterías o que cuando diga algo esté bastante seguro de mi mismo. No vaya a ser que algún lector me haga un comentario sobre algún error que haya podido cometer 😉
- Nuevos conocimientos. Normalmente eres alguien bastante entendido en la materia. Relacionado con el punto anterior no me gustan los riesgos innecesarios. Debo admitir que todo tiene un fin y que deberé reciclarme y reaprender constantemente. Pero así me obligo a seguir estudiando en nuevas áreas.
- Reconocimiento. Me gusta escribir, enseñar y compartir… pero me alegra muchísimo el día cuando alguien me dice que una lectura le ha gustado. Significa que mi tiempo ha valido la pena.
- Ortografía. Hago faltas ortográficas…. lo sé. Es inevitable y no debería pasar. Pero cada vez me fijo más y soy más consciente. Me obligo a buscar vocabulario relacionado, sinónimos… a dar riqueza al contenido. Esto también me beneficia en mi día a día para todo tipo de tareas.
Dificultades a superar
Todo lo bueno cuesta. No es sencillo que cada nuevo escrito tenga un sentido y sea fresco y original. Estas son algunas de las dificultades que debo afrontar a diario.
El tiempo. A mi reloj le faltarían una o dos horas diarias. No siempre es fácil encontrar el momento adecuado para escribir. Así que he tenido que desarrollar pequeñas técnicas para ir robándole tiempo al reloj y poder aprovechar los ratos muertos. También he tenido que aprender a posponer todo aquello que puede esperar y a evitar a los ladrones de tiempo.
Ocio. He perdido la cuenta de la última película que vi. En su lugar me he vuelto un adicto a escuchar podcasts. (Sobre ello hablaré otro día).
Disciplina. Tener una disciplina romana cuesta. Soy de irme a dormir tarde y levantarme cuando ya han sonado 3 alarmas. Aún así voy haciendo progresos.
Conciliación. Imponerse demasiadas cargas es delicado. Ser autónomo, trabajar 12h al día y tener una familia necesita de mucho más que tiempo. Un entorno que te comprenda y te ayude es imprescindible. He tenido que aprender que decir no a proyectos que aunque interesantes van a añadirme una carga extra de estrés.
Conocimiento. Esta es peliaguda. Actualmente no me cuesta mucho escribir por la inercia de muchos años muy metido en el sector del márketing digital y la formación. ¿Pero que haré cuando se me agoten las ideas? Debo esforzarme en aprender cosas nuevas y de interés a diario. Aquello del esfuerzo en I + D + i….¿Que os parece? ¿Vale la pena el esfuerzo? ¿Me ayudas a continuar con tus comentarios? ¡Se admiten ideas y sugerencias para nuevas entradas!
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