Me he esforzado en esperarme a leer el regalo más tierno que un profesor puede recibir de sus alumnos.
Mientras me despedía de ellos con las emociones a flor de piel iba preguntándome ¿qué habrán escrito en la libreta?
Unas dedicatorias preciosas cuyo lado más tierno me lo guardo para mí.
Aunque si me permitís, de entre todas las frases hay una que me ha llamado la atención en especial.
Cuando aprendes, enseñas. Cuando llegas, das.
Crecer personal y profesionalmente
Una de las cosas que me gusta de la formación es que nunca te aburres.
Si quieres hacerlo bien, y esto es una cuestión vocacional, siempre vas a encontrar razones por las que hacer un ejercicio nuevo, buscar otro planteamiento o incluso reciclarte en cuanto a conocimientos.
Aprender para enseñar puede llegar a ser realmente divertido.
Por otro lado para hacer de profesor es imprescindible desenvolverte a nivel humano. Y cuando se trata de personas… puede pasar de todo.
¡De todo!
Cuando llegas das
Cuando lo he leído me ha parecido llamativo.
¿Cuándo llegas das?
Pues si.
La persona que lo ha dicho llegó algo más tarde a una formación ya empezada.
Lejos de ser el grupo quien le diera a ella fue más bien ella quien insufló aire fresco.
No podría haber encontrado una forma más acertada se describir mi profesión.
¡Cuando llegas das!
—
Queridos alumnos,
Me habéis tocado la fibra.
¡Muchas gracias!
Si os ha gustado este contenido nos leemos mañana, como siempre con un nuevo contenido en el blog.
pd: por cierto, ¡el llabero con el texto super profe ha sido un éxito! me he hinchado como un pavo 😉
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