En los años que llevo dedicándome a implementar páginas web y sobre todo a dinamizarlas me he dado cuenta que cuanto más abarcas más grande es el océano.
Llega un momento que ves como cuando remas en una dirección te alejas de la otra.
Aprender a programar.
Aprender el funcionamiento de varios gestores de contenidos. WordPress y prestashop.
Aprender posicionamiento web.
Aprender publicidad en buscadores.
Publicidad en redes sociales.
Herramientas de gestión de tu presencia online.
Herramientas de email marketing y campañas automatizadas.
Crear podcasts.
Aprender a gestionar un negocio propio.
Lidiar con la administración.
¡Quien mucho abarca poco aprieta!
Poner límites
Debes decidir hasta dónde quieres llegar.
Mi filosofía es que hay que saber cuantas cosas mejor pero siempre priorizar aquellas que te van a dar un mayor retorno en base al tiempo invertido.
¿Lo que estás aprendiendo es algo demasiado específico o vas poder usarlo para más disciplinas?
En este sentido en una ocasión anterior he hablado en este blog sobre que opción sería más recomendable estudiar una vez terminado cualquier aprendizaje.
Trazar un plan formativo
Poner límites no debe confundirse con dejar de aprender.
Poner límites en realidad significa establecer prioridades.
Elabora un plan formativo que te permita evolucionar continuamente.
Lo más importante es que mantengas siempre la percepción que sigues evolucionando profesionalmente.
Te aseguro que nunca he dejado de aprender cosas nuevas y la sensación es que hay muchísimas a las que me gustaría llegar.
Si tu caso es el de estar estudiando en un certificado de profesionalidad o similar,
¡aprovecha la oportunidad!
!nunca tendrás tanto tiempo como ahora!
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