Hoy he salido con mis niños al puerto marítimo para ver los yates de lujo de algunos jeques árabes.
Previsiblemente, mis retoños han ignorado los barcos. Lo que más les ha gustado ha sido un parque infantil en el que han podido jugar con sus primos.
Como hemos ido en coche lo más difícil de todo ha sido encontrar algún lugar dónde estacionar el coche sin tener que andar media maratón y que no costara demasiado dinero.
He dejado a los pequeños con mi familia y les he dicho que fueran que ya les atraparía. Yo tenía que aparcar.
Como lo de pagar me cuesta he decidido dar algunas vueltas por si tenía suerte y encontraba alguna plaza de aparcamiento gratis y libre. Casi nada.
Y tras unas vueltas he decidido que iba a dar algunas más.
Mi orgullo no me permitía pagar por una zona azul.
Y así.
Hasta que he mirado la hora y ¡dios santo! Si me despisto nos pasamos la tarde dando vueltas y me lo pierdo todo.
Así que finalmente, cabizbajo me he encaminado hacia un párking de pago justo en frente del parque infantil dónde estaban mis hijos.
¿La moraleja?
A menudo merece la pena pagar por tiempo.
De haber ido directo al grano hubiese podido disfrutar de lo verdaderamente importante un buen rato de más.
Exactamente igual que cuando contratas un profesional para que te gestione tu sitio web o te la haga.
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Querido lector,
Si no quieres que te pase como a mi y dedicarte a dar vueltas en coche mientras desatiendes tu negocio recuerda que ofrezco servicios de mantenimiento web.
Te costará dinero y merecerá la pena.
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